La emblemática mina Casposo, situada en el corazón de Calingasta, provincia de San Juan, marca un nuevo hito en la minería argentina al reactivar con éxito su producción y concretar recientemente la exportación de oro, tras un período de inactividad que mantuvo en vilo al sector. De acuerdo a los nuevos planes de operación, la mina proyecta producir entre 4.000 y 6.000 onzas de oro de aquí a fin de año, posicionándose como un actor clave en el renacer de la minería de metales preciosos en el país.
El regreso de Casposo se da en un contexto de expectativas renovadas para la industria minera nacional. La mina, que en años anteriores supo ser uno de los motores productivos de la región, atravesó diversas etapas de dificultad que llevaron a la suspensión de operaciones profundas. Sin embargo, la llegada de nuevas inversiones y la apuesta por un programa de exploración intensivo han permitido volver a poner en marcha la extracción y procesamiento del mineral, con un horizonte de crecimiento basado en tecnología, eficiencia y sustentabilidad.
Las primeras toneladas de oro ya han encontrado destino en el mercado internacional: con envíos recientes, Casposo vuelve a insertarse en el circuito global, generando divisas y empleo en la provincia de San Juan. “Esta exportación representa un logro colectivo. Es el fruto del esfuerzo y compromiso de todo el equipo, que nunca dejó de creer en el potencial de la mina”, resaltó uno de los principales responsables del proyecto. La reactivación permite además recuperar puestos de trabajo directos e indirectos, impactando de modo positivo en la economía del departamento de Calingasta y zonas aledañas.
La proyección de producir hasta 6.000 onzas antes de fin de año revela la fortaleza con la que la compañía encara esta nueva etapa. Pero ese no es el único frente de innovación en Casposo. De forma paralela, la compañía ha intensificado su programa de exploración geológica, con el objetivo de identificar nuevas vetas y ampliar la vida útil del yacimiento. Los primeros resultados son alentadores y lideran una agenda de trabajo en la que la obtención de recursos minerales de alta ley jugará un papel central para la sostenibilidad futura.
Un aspecto clave de este proceso es la inminente transición hacia un sistema de explotación a cielo abierto, un cambio estratégico que apunta a optimizar los volúmenes de producción, reducir costos y adaptarse a las características del recurso mineral restante. Las autoridades del proyecto subrayan que este paso se llevará adelante respetando los estándares internacionales de seguridad minera y cuidado ambiental, contemplando la gestión responsable de residuos y la restauración progresiva del entorno intervenido. La transición se prepara acompañada por capacitaciones para el personal, inversión en maquinaria de última generación y el seguimiento de las mejores prácticas de la industria global.
Otra apuesta fundamental es el aprovechamiento del mineral procedente de Hualilán, otro importante distrito minero de la provincia de San Juan. Esta integración permitirá procesar material de alto valor en la planta de Casposo, ampliando la escala y el alcance del proyecto, a la vez que favorece alianzas con otras empresas del sector y fortalece la posición de la minería sanjuanina en el contexto nacional e internacional.
El resurgimiento de Casposo es observado con interés no sólo por inversores y autoridades, sino también por la comunidad de Calingasta. Programas de vinculación social, instancias de diálogo con las poblaciones cercanas y políticas de desarrollo local orientadas a la contratación de servicios y proveedores locales se suman a la estrategia de la compañía para generar valor compartido y afianzar el vínculo con su entorno.
Así, Casposo se convierte en un caso paradigmático de resiliencia y visión de futuro en la minería argentina. Su reactivación impulsa la economía regional, promueve la innovación tecnológica y se orienta hacia una minería moderna, respetuosa del ambiente y comprometida con el desarrollo integral de la provincia de San Juan. El futuro inmediato augura nuevos desafíos y oportunidades para Casposo, que ya inició su camino hacia el liderazgo minero en el país.




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