En un giro trascendental para la minería argentina, la provincia de Catamarca logró recuperar el control mayoritario sobre su emblemático yacimiento minero estatal, tras un histórico acuerdo alcanzado con la Universidad Nacional de Tucumán (UNT). Esta medida marca un hito en la gestión de los recursos estratégicos del noroeste argentino y sienta precedentes respecto a la autonomía provincial en materia de desarrollo minero.

El anuncio oficial tuvo lugar luego de meses de negociaciones en las que participaron representantes del gobierno catamarqueño y autoridades de la UNT, copropietaria hasta la fecha del proyecto minero junto al Estado nacional. Con este acuerdo, se concreta la salida de la Nación de la estructura societaria y administrativa de la empresa minera, otorgando al gobierno de Catamarca la mayoría accionaria y, por lo tanto, el mando decisivo sobre la explotación y desarrollo del yacimiento.

La letra fina del entendimiento estipula una nueva distribución accionaria dentro de la sociedad minera estatal YMAD (Yacimientos Mineros de Agua de Dionisio), responsable desde hace más de seis décadas de la explotación y gestión de importantes yacimientos metalíferos ubicados en el oeste de la provincia. Según trascendió, la participación accionaria se reorganizará de modo que Catamarca contará con la mayoría del capital accionario y los votos necesarios en la toma de decisiones, mientras que la UNT mantendrá una presencia significativa, pero ya no mayoritaria. Para la concreción plena del acuerdo, solo resta la emisión del decreto presidencial correspondiente, el cual se espera en las próximas semanas.

Los antecedentes de esta sociedad se remontan a la década de 1950, cuando el yacimiento Agua de Dionisio fue descubierto y la provincia de Catamarca, junto a la Universidad Nacional de Tucumán y el Estado nacional, fundaron YMAD como herramienta de desarrollo productivo y científico. Durante años, la participación de la Nación fue determinante en la orientación de las inversiones y la toma de decisiones estratégicas. Sin embargo, el crecimiento de la industria minera, junto a la maduración económica e institucional de Catamarca, llevaron a revisar el esquema de gobierno sobre estos recursos clave.

Las autoridades provinciales celebraron el avance como una victoria significativa para el federalismo argentino y la consolidación de la autonomía provincial. Desde el Ejecutivo local sostuvieron que “la mayoría accionaria permitirá a los catamarqueños decidir con mayor libertad el rumbo de la minería y el destino de los recursos generados”, en línea con las demandas históricas de participación y control sobre las riquezas del territorio.

Por su parte, representantes de la Universidad Nacional de Tucumán manifestaron su conformidad con la nueva composición empresarial, subrayando el compromiso de la institución con el desarrollo sustentable, la formación de profesionales y la investigación científica aplicada al sector minero. La UNT seguirá aportando su conocimiento y capacidades técnicas, garantizando que la minería catamarqueña mantenga altos estándares de innovación y responsabilidad social.

Otra consecuencia importante de este acuerdo es el impacto potencial en la economía regional. Dotada ahora de mayor poder de gestión, Catamarca podrá impulsar políticas mineras alineadas con su visión de crecimiento sostenible, favoreciendo la contratación de mano de obra local, la articulación con proveedores catamarqueños y el seguimiento de estrictos estándares ambientales. Además, se espera que una mayor captación de rentas y regalías fortalezca la inversión social en salud, educación e infraestructura, beneficiando directamente a la población.

Expertos del sector minero y analistas económicos ven con buenos ojos este cambio de timón, interpretándolo como una señal positiva para futuras inversiones y para la modernización de la industria minera argentina. Con Catamarca al frente y una Universidad de Tucumán comprometida con la excelencia, YMAD se proyecta como un actor central para el desarrollo del litio, oro y otros metales estratégicos en un contexto global de transición energética y demanda creciente de minerales.

A la espera del decreto presidencial que formalice este acuerdo, Catamarca y la UNT se preparan para inaugurar una nueva era en la minería argentina, marcada por la autonomía, el desarrollo económico local y el compromiso con el cuidado ambiental y social. Sin dudas, una noticia que posiciona a la provincia como referente en la gestión transparente y eficiente de sus recursos naturales, y que pone en la mira el futuro de la minería en toda la región.