Barrick Mining (TSX: ABX) (NYSE: B) sorprendió a los mercados este lunes con la abrupta renuncia del presidente y CEO, Mark Bristow, quien deja su cargo tras casi siete años al frente sin ofrecer explicaciones.
Bristow, que encabezó la fusión con Randgold en 2019, será reemplazado de forma interina por Mark Hill, un veterano ejecutivo a cargo de las regiones de América Latina y Asia Pacífico. Con veinte años de experiencia en la compañía, Hill asume inmediatamente sus funciones mientras la junta directiva inicia una búsqueda global, con el apoyo de una firma externa, para nombrar a un sucesor permanente.
Durante su gestión, Bristow integró a Randgold, devolvió $6.7 mil millones a los accionistas, redujo la deuda neta en $4 mil millones y presentó una serie de sólidos resultados trimestrales. Sin embargo, su trayectoria se vio empañada por un prolongado enfrentamiento con Mali en torno al complejo aurífero Loulo-Gounkoto, que en su momento fue la mina más importante de Barrick en África.
El talón de Aquiles de Bristow
El conflicto se remonta al código minero de Mali de 2023, el cual incrementó de forma notable las regalías gubernamentales y las participaciones accionarias en las empresas conjuntas. Mientras competidores como Allied Gold y B2Gold alcanzaron acuerdos con la junta gobernante, Barrick se mantuvo firme en su postura.
Las tensiones se intensificaron el año pasado cuando el gobierno exigió una mayor participación en las ganancias. Las autoridades respondieron encarcelando a cuatro ejecutivos de Barrick, emitiendo una orden de arresto contra Bristow, bloqueando exportaciones y confiscando lingotes de oro.

Frente a estas tensiones, Barrick optó por recurrir a un arbitraje internacional a finales del año pasado y, en enero de 2025, tomó la decisiva medida de cerrar la mina por completo.
La situación dio un giro dramático en junio, cuando las autoridades malianas pusieron a Loulo-Gounkoto bajo control estatal. En agosto, Barrick registró un deterioro contable de $1,000 millones, reduciendo así el valor en libros de su participación del 80% en la mina, la cual en su momento generaba el 15% de la producción aurífera de la empresa.
La crisis se profundizó aún más cuando Hilaire Diarra, exgerente de la mina Tongon y negociador clave con los funcionarios malianos, cambió de bando y, a finales de agosto, fue designado asesor especial del presidente maliense Assimi Goïta.
Además, a comienzos de este mes, fiscales de Mali apelaron la orden judicial que preveía la liberación de los ejecutivos detenidos, extendiendo la incertidumbre jurídica en torno a las operaciones del minero canadiense en el país.
Las acciones de Barrick, que cotizan en EE. UU., cerraron ligeramente a la baja, situándose en $34.36 durante las operaciones previas a la apertura del mercado este lunes.
Se esperan nuevos desarrollos…
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