Un tribunal de Malí ha pospuesto nuevamente la decisión sobre si colocar el complejo aurífero Loulo-Gounkoto de Barrick Mining bajo administración provisional, aplazando la audiencia hasta el 12 de junio.
Este es el cuarto aplazamiento en la prolongada disputa legal entre el gigante minero canadiense y el gobierno militar de Malí, centrada en desacuerdos sobre la tributación y el control de la mina.
Antecedentes del conflicto
El conflicto se originó en 2023 cuando Malí implementó un nuevo código minero que incrementó los impuestos y amplió la participación del gobierno en las operaciones mineras.
Barrick ha rechazado adoptar este nuevo código, argumentando que los acuerdos vigentes deben mantenerse legalmente vinculantes.
En noviembre de 2024, las autoridades malienses bloquearon las exportaciones de oro de Barrick y confiscaron aproximadamente tres toneladas de oro, alegando impuestos impagados.
La situación escaló con la detención de cuatro empleados de Barrick y la emisión de una orden de arresto contra el CEO Mark Bristow por cargos que incluyen lavado de dinero y financiamiento del terrorismo, acusaciones que la empresa niega rotundamente.
Frente a estas acciones del gobierno maliés, Barrick ha solicitado la intervención del tribunal de arbitraje del Banco Mundial, el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI).
La compañía ha pedido “medidas provisionales” para detener los esfuerzos del gobierno de Malí de colocar la mina bajo administración provisional mientras se desarrolla el arbitraje.
Barrick sostiene que las acciones gubernamentales carecen de base legal y vulneran los principios de debido proceso y respeto mutuo que deben regir la cooperación entre estados soberanos e inversionistas a largo plazo.
Las negociaciones se ven obstaculizadas por la falta de experiencia minera del gobierno, según declaró el CEO Mark Bristow en una entrevista reciente con The Northern Miner.
La suspensión de operaciones en Loulo-Gounkoto desde enero de 2025 ha tenido graves consecuencias financieras para Barrick, que incurre en cerca de 15 millones de dólares mensuales en mantenimiento y salarios, mientras pierde un estimado de 1,24 mil millones de dólares anuales por la paralización de la producción.
Debido a esto, Barrick ha excluido a Loulo-Gounkoto de sus proyecciones de producción al menos hasta 2028.
Tras el anuncio del último aplazamiento, las acciones de Barrick subieron un 0,6 % en Nueva York, elevando la capitalización de mercado de la empresa a aproximadamente 34,9 mil millones de dólares.
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