En un contexto de creciente interés internacional por los recursos minerales, la provincia de San Juan se encamina a convertirse en el principal motor del desarrollo cuprífero en la Argentina. Así lo afirmó Martín Pérez de Solay, CEO de Glencore Argentina, la empresa global que opera el emblemático proyecto El Pachón, ubicado en Calingasta, uno de los yacimientos de cobre más importantes del país. De acuerdo con el ejecutivo, San Juan está ubicada en una posición estratégica y su potencial productivo permitirá que la provincia aporte más de la mitad del cobre que se produzca a nivel nacional en los próximos años.

Durante una reciente conferencia, Pérez de Solay remarcó que San Juan ha logrado consolidar una política minera clara y previsible, lo que genera confianza entre los inversores internacionales y favorece el avance de grandes proyectos en la región. “El Pachón es solo uno de los varios yacimientos con enorme potencial en la provincia. Hay un ecosistema favorable para el crecimiento sostenido de la actividad minera”, señaló el CEO de Glencore.

Actualmente, el proyecto El Pachón avanza en su fase de estudios y planificación, contemplando las mejores prácticas de sustentabilidad ambiental y participación de comunidades locales. De acuerdo con estimaciones preliminares, la vida útil de este proyecto se extendería varias décadas, siendo capaz de producir cientos de miles de toneladas de cobre refinado por año. Esto no solo generará empleo directo e indirecto, sino que abrirá nuevas oportunidades para proveedores locales, técnicos y profesionales de la región.

“San Juan tiene condiciones geológicas excepcionales. Pero además es destacable la visión de las autoridades provinciales, que han entendido la importancia de atraer inversiones y brindar seguridad jurídica al sector minero. Este clima ha sido fundamental para el interés creciente de las principales compañías del mundo”, agregó Pérez de Solay.

La provincia cuenta con al menos cuatro grandes proyectos cupríferos en distintas etapas de exploración y desarrollo. Entre ellos se destacan, además de El Pachón, los proyectos Los Azules, Josémaría y Altar. En conjunto, estos yacimientos permiten proyectar, en un mediano plazo, una producción que podría superar el millón de toneladas anuales de cobre, posicionando a la Argentina entre los principales jugadores del mercado global.

Pérez de Solay subrayó también que el cobre es un metal clave para la transición energética a nivel mundial. “La demanda internacional está creciendo rápidamente, impulsada por la electrificación de la movilidad, las energías renovables y la infraestructura tecnológica. Argentina podría ocupar un rol central como proveedor confiable de cobre sustentable”, explicó.

En lo que refiere al impacto local, el CEO de Glencore destacó que la minería moderna puede convivir en armonía con el medio ambiente y las comunidades. “Nuestra prioridad es operar bajo estrictos estándares internacionales de responsabilidad ambiental, desarrollar proveedores regionales y capacitar mano de obra local. El objetivo es que el desarrollo minero genere beneficios tangibles y duraderos en San Juan y en toda la Argentina”, puntualizó.

Por otra parte, distintos referentes del sector reconocen que San Juan lleva la delantera en cuestiones regulatorias y de planificación. El ordenamiento territorial, el diálogo transparente con la ciudadanía y la previsibilidad en el régimen fiscal son factores que contribuyen a mantener el atractivo inversor de la provincia.

En el plano nacional, la llegada de inversiones mineras de esta magnitud puede ayudar a diversificar la matriz productiva, incrementar las exportaciones y fortalecer la balanza comercial argentina. Según proyecciones del sector, el incremento de la producción cuprífera podría traducirse en miles de nuevos empleos directos e indirectos y en un impacto significativo sobre la economía regional.

A modo de cierre, Pérez de Solay insistió en que “San Juan es hoy el corazón minero del país y tiene la oportunidad histórica de liderar la producción nacional de cobre, con todos los beneficios económicos, sociales y tecnológicos que ello implica para el futuro de la Argentina”.

Así, la provincia se consolida como el epicentro del desarrollo cuprífero argentino, impulsando el crecimiento sustentable de la minería y abriendo las puertas a una nueva era de protagonismo nacional e internacional.