En un escenario marcado por el crecimiento sostenido de la minería a nivel nacional y el fuerte respaldo provincial al sector, la Universidad Nacional de La Rioja (UNLaR) registra un récord inédito en la cantidad de inscripciones para la carrera de Ingeniería en Minas. Según las últimas cifras oficiales, este año se ha triplicado la cantidad de aspirantes respecto a períodos anteriores, una señal inequívoca del renovado atractivo que el rubro minero despierta en la juventud riojana y en el país.
Las autoridades universitarias confirman que se trata del mayor aumento en la historia de la carrera, que se cursa en la sede capital y ha ganado visibilidad por la decisión estratégica de la provincia de apuntalar el desarrollo de la minería como eje central de su economía. Esta tendencia acompaña el contexto nacional, donde la actividad extractiva protagoniza debates sobre el desarrollo productivo, la generación de empleo y la necesidad de profesionales calificados que puedan asumir los desafíos tecnológicos y ambientales relacionados.
Desde la propia universidad señalan que la carrera de Ingeniería en Minas históricamente había mantenido un número relativamente estable de ingresantes, con cohortes que promediaban entre 30 y 50 estudiantes por año. Sin embargo, en el ciclo de inscripción 2024, la cifra superó ampliamente los 150 inscriptos, reflejando un interés creciente en las oportunidades laborales y de desarrollo personal que ofrece el sector.
El decano de la Facultad de Ingeniería, Dr. Alejandro Ríos, atribuye este fenómeno a varios factores clave: “En primer lugar, el trabajo conjunto con el gobierno provincial para acercar la minería a la comunidad ha generado un cambio de percepción en los jóvenes. Hoy entienden que la minería es una posibilidad real de trabajo digno y desarrollo, no solo extractivismo. Por otro lado, la inserción laboral inmediata y los sueldos competitivos también actúan como imán para los estudiantes.”
El repunte de vocaciones mineras coincide con la política pública impulsada por el gobierno de Ricardo Quintela, que promueve la diversificación productiva y el agregado de valor en origen, con la minería como uno de los motores principales. La Rioja, tradicionalmente asociada a la agricultura y la vitivinicultura, consolida así su perfil como plaza minera, con importantes yacimientos de litio, oro y otros minerales estratégicos en etapa de exploración y explotación.
La formación de profesionales calificados se vuelve, en este contexto, una prioridad tanto para el sector público como para el privado. Empresas nacionales e internacionales, así como organismos regulatorios y proyectos de ingeniería, demandan ingenieros en minas capaces de gestionar de manera responsable y eficiente los recursos naturales.
La UNLaR respondió a este desafío renovando su plan de estudios y fortaleciendo la vinculación con el sector privado y la comunidad. En los últimos años, la institución ha incorporado contenidos sobre minería sustentable, gestión ambiental, automatización de procesos y responsabilidad social empresarial. Además, se han multiplicado los acuerdos con empresas para prácticas profesionales, pasantías y primeros empleos.
“Sabemos que una parte de la demanda viene de estudiantes de otras provincias e incluso del extranjero, que eligen La Rioja porque nuestra universidad ofrece una formación adaptada a las necesidades actuales y una perspectiva integral”, destaca la coordinadora de la carrera, Ing. Mónica Galván.
Estudiantes y graduados, por su parte, coinciden en que la visión moderna de la ingeniería en minas permite trabajar tanto en campo como en laboratorios, consultoras, organismos ambientales y comunidades. “Hoy la minería requiere equipos interdisciplinarios y un enfoque que equilibre lo social, económico y ambiental. Eso es lo que encontramos en la UNLaR”, asegura Sofía Juárez, estudiante avanzada.
El boom de inscripciones es acompañado por un crecimiento en la oferta de becas, tutorías y propuestas de formación técnica en escuelas secundarias, en un esfuerzo de todo el ecosistema minero-educativo riojano por visibilizar el potencial de la minería para el desarrollo regional.
Con estas cifras históricas y el respaldo de políticas activas, La Rioja se proyecta como semillero de profesionales mineros no solo para la provincia sino para todo el país, aportando recursos humanos estratégicos en un contexto donde la minería está llamada a jugar un papel protagónico en el desarrollo argentino.





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